Hace no mucho tiempo, el gobierno presentaba su plan para ayudar a combatir la violencia en el futbol.
Junto a la AFA y la policía, trabajaron muy a fondo para establecer que medidas debían aplicarse para aplacar a ese fantasma criminal que envuelve a nuestro deporte más popular.
Si fuésemos sinceros, se podría haber partido de la base de que los clubes, los partidos políticos, los periodistas, los ex jugadores, los actuales jugadores, la AFA, las diferentes fuerzas policiales, los directores técnicos en actividad o sin trabajo, los sindicatos, en fin todos los involucrados, conocen a los barras.
Para hacer un plan efectivo, que cree la confianza del publico y del pueblo, lo primero que hay que hacer es un blanqueo y un mea culpa de la situación.
Una vez establecido esto y hecha la aclaración, buscar el programa adecuado para erradicar elementos violentos de las canchas de nuestro país.
Ese mea culpa debe ser muy profundo y abarcar no solo el hecho de “los conocemos”, sino de “hemos trabajado o colaborado con ellos en el pasado” o “los hemos utilizado en actos ajenos al futbol”.
Solo si se comienza de esta forma, sabremos que se están buscando soluciones y no más encubrimientos.
Porque creerle a cualquier político que quiere sacar a los barras de las canchas si no admite primero que los contrato para “ayudar” en alguna campana?
Porque creerle a cualquier presidente de club sin que antes alce su mano y nos diga “en el pasado busque su apoyo para llegar a esta presidencia”?
Si me siguen demostrando con acciones que su posición en el poder es mas importante que erradicar la violencia en el futbol, no confiare en ninguno de sus planes, porque siempre esconderán algo, para proteger a quienes los han ayudado o aun los ayudan.
O sea primer punto de cualquier plan es comenzar con “hasta ahora aquí sucedía esto, pero de ahora en mas lo que haremos será…”
El siguiente acto será demostrar, con hechos que lo que lo que escribimos y pasamos como ley, es cumplido.
Digamos, por ejemplo, Inglaterra y sus hooligans siempre tuvieron un mal nombre.
A través de los anos, los distintos gobiernos británicos y las autoridades futbolísticas trabajaron juntos y lograron que esa cultura cambiara radicalmente.
En ese país hoy día, el futbol es un espectáculo para la familia (como debe ser), y no ha hecho que los hinchas pierdan su pasión por sus equipos.
Hay hechos violentos pero son muy esporádicos, y la gente sabe y confía en que los autores serán públicamente mencionados y castigados de manera tal que no pueden causar mas problemas.
El sistema es muy parecido al actual derecho de admisión nuestro, o sea en principio vamos por el buen camino.
Pero para estar seguro que la gente en esa lista no ingrese a los estadios, los hacen comparecer ante la comisaría local a su domicilio el día que su equipo juega (sea amistoso, por la copa, por la liga o en competición europea). $ horas antes del partido y hasta 4 horas después de terminado.
Hay algunos que hasta tienen que entregar sus pasaportes y licencias de conducir cuando su equipo o selección juegan en otro país.
Hay cámaras de seguridad en todos los estadios, como requisito legal para que estos sean habilitados (y deben funcionar siempre que haya inspecciones y eventos en esos estadios) y estas han ayudado a identificar y condenar a esos que cometían crímenes dentro de las canchas.
La policía británica, pasa datos a otras fuerzas policiales en el exterior sobre quienes son estas personas, hasta incluso han ayudado a fuerzas policiales extranjeras con planes de contención y organización mas que de represión.
Si los seguimos tratando como “pobres tipos” que no pueden ver a sus equipos, no vamos a solucionar nada.
Si los seguimos protegiendo para avanzar internas políticas de cualquier tipo, no vamos a salir adelante.
Incluso, con los modelos europeos de hoy en día (de los países mas desarrollados claro esta), las recaudaciones que produce el futbol ayudan de verdad a sus clubes.
Mientras que aquí esta gente consigue entradas gratis (si es que tienen entradas), ocupando lugares de gente que esta dispuesta a pagar para ver a su equipo.
En fin, proteger a esta gente y no erradicarlos genera:
1) miedo al hincha común, ya que las victimas aumentan y nadie se acuerda de ellas o sus familias.
2) desconfianza de todas las autoridades (políticas, policiales, de AFA, etc.)
3) perdida de ingresos generada no solo por ese miedo del hincha común, sino por los lugares físicos que los violentos ocupan en los estadios sin pagar por ellos.
No pierden solo los que no van a la cancha. No pierden solo las victimas y sus familias.
Si no solucionamos el tema de manera vehemente y firme, en este caso, perdemos todos.
Junto a la AFA y la policía, trabajaron muy a fondo para establecer que medidas debían aplicarse para aplacar a ese fantasma criminal que envuelve a nuestro deporte más popular.
Si fuésemos sinceros, se podría haber partido de la base de que los clubes, los partidos políticos, los periodistas, los ex jugadores, los actuales jugadores, la AFA, las diferentes fuerzas policiales, los directores técnicos en actividad o sin trabajo, los sindicatos, en fin todos los involucrados, conocen a los barras.
Para hacer un plan efectivo, que cree la confianza del publico y del pueblo, lo primero que hay que hacer es un blanqueo y un mea culpa de la situación.
Una vez establecido esto y hecha la aclaración, buscar el programa adecuado para erradicar elementos violentos de las canchas de nuestro país.
Ese mea culpa debe ser muy profundo y abarcar no solo el hecho de “los conocemos”, sino de “hemos trabajado o colaborado con ellos en el pasado” o “los hemos utilizado en actos ajenos al futbol”.
Solo si se comienza de esta forma, sabremos que se están buscando soluciones y no más encubrimientos.
Porque creerle a cualquier político que quiere sacar a los barras de las canchas si no admite primero que los contrato para “ayudar” en alguna campana?
Porque creerle a cualquier presidente de club sin que antes alce su mano y nos diga “en el pasado busque su apoyo para llegar a esta presidencia”?
Si me siguen demostrando con acciones que su posición en el poder es mas importante que erradicar la violencia en el futbol, no confiare en ninguno de sus planes, porque siempre esconderán algo, para proteger a quienes los han ayudado o aun los ayudan.
O sea primer punto de cualquier plan es comenzar con “hasta ahora aquí sucedía esto, pero de ahora en mas lo que haremos será…”
El siguiente acto será demostrar, con hechos que lo que lo que escribimos y pasamos como ley, es cumplido.
Digamos, por ejemplo, Inglaterra y sus hooligans siempre tuvieron un mal nombre.
A través de los anos, los distintos gobiernos británicos y las autoridades futbolísticas trabajaron juntos y lograron que esa cultura cambiara radicalmente.
En ese país hoy día, el futbol es un espectáculo para la familia (como debe ser), y no ha hecho que los hinchas pierdan su pasión por sus equipos.
Hay hechos violentos pero son muy esporádicos, y la gente sabe y confía en que los autores serán públicamente mencionados y castigados de manera tal que no pueden causar mas problemas.
El sistema es muy parecido al actual derecho de admisión nuestro, o sea en principio vamos por el buen camino.
Pero para estar seguro que la gente en esa lista no ingrese a los estadios, los hacen comparecer ante la comisaría local a su domicilio el día que su equipo juega (sea amistoso, por la copa, por la liga o en competición europea). $ horas antes del partido y hasta 4 horas después de terminado.
Hay algunos que hasta tienen que entregar sus pasaportes y licencias de conducir cuando su equipo o selección juegan en otro país.
Hay cámaras de seguridad en todos los estadios, como requisito legal para que estos sean habilitados (y deben funcionar siempre que haya inspecciones y eventos en esos estadios) y estas han ayudado a identificar y condenar a esos que cometían crímenes dentro de las canchas.
La policía británica, pasa datos a otras fuerzas policiales en el exterior sobre quienes son estas personas, hasta incluso han ayudado a fuerzas policiales extranjeras con planes de contención y organización mas que de represión.
Si los seguimos tratando como “pobres tipos” que no pueden ver a sus equipos, no vamos a solucionar nada.
Si los seguimos protegiendo para avanzar internas políticas de cualquier tipo, no vamos a salir adelante.
Incluso, con los modelos europeos de hoy en día (de los países mas desarrollados claro esta), las recaudaciones que produce el futbol ayudan de verdad a sus clubes.
Mientras que aquí esta gente consigue entradas gratis (si es que tienen entradas), ocupando lugares de gente que esta dispuesta a pagar para ver a su equipo.
En fin, proteger a esta gente y no erradicarlos genera:
1) miedo al hincha común, ya que las victimas aumentan y nadie se acuerda de ellas o sus familias.
2) desconfianza de todas las autoridades (políticas, policiales, de AFA, etc.)
3) perdida de ingresos generada no solo por ese miedo del hincha común, sino por los lugares físicos que los violentos ocupan en los estadios sin pagar por ellos.
No pierden solo los que no van a la cancha. No pierden solo las victimas y sus familias.
Si no solucionamos el tema de manera vehemente y firme, en este caso, perdemos todos.