Que país señores, que país.
Nos acercamos al final del campeonato, al clímax, donde alguien se debe coronar campeón.
Ya se que partimos de la base que Boca ya le lleva 9 puntos a Tigre, su escolta, con 9 puntos aun por disputarse.
Es decir el equipo del riachuelo tiene asegurado el primer puesto y solo necesita uno más para ser campeón.
Se perfilaba como un buen fin de semana de futbol. En casi todo el mundo, cuando se llega a una situación similar, se reacomodan los mixtures para que los equipos con posibilidades jueguen al mismo tiempo y se despejen suspicacias.
También se le agrega emoción y un poco de drama sano a la definición de un torneo más que mediocre.
Hay que explicar también que estos partidos coincidían con las elecciones presidenciales en Boca Juniors.
Un club como Boca, que es el mas grande del país, atrae mucho a los políticos de turno, por la influencia que “la mitad mas uno” puede traer a los distintos intereses.
Tenemos al presidente actual de la institución el señor Ameal, que es apoyado por el gobierno nacional.
Por el otro lado, tenemos al candidato opositor, el señor Angelici, que cuenta con el apoyo del gobernador de la ciudad autónoma de Buenos Aires, Macri, quien a su vez es ex presidente de Boca con influencia allí aun.
Hasta ahí el análisis de dos cosas totalmente separadas. Futbol y política.
Pero de acá en más es donde las dos cosas comienzan a interactuar.
La fecha de las elecciones estaban ya decididas desde hace tiempo. El mixture del campeonato también.
Pero cuando ambas cosas fueron decididas, nadie sabia (¿creía?) que Boca iba llegar a esta instancia pudiendo coronarse campeón el día de las elecciones mismas.
Pero como se puede votar durante todo el día, si los dos partidos se juegan al mismo tiempo, el oficialismo, no tendría la ventaja de llegar a ese día ya campeones.
¿Quién le gana las elecciones a un presidente que saca campeón a su club después de tres anos?
Cambiar de fecha el partido de Boca, hubiese sido muy obvio, y hasta mal visto por sus propios simpatizantes.
Lo que había que lograr era que San Lorenzo y Tigre jueguen su partido un día antes y esperar que Tigre no gane, así llegar al día especial ya coronados.
Esto significa jugar una vez más con el público que sigue a los clubes, que paga por las entradas, que lo mira en televisión, que paga su cuota social en sus clubes.
Es robarles a todos ellos la emoción y la alegría de ganar un torneo (si es que lo consigue) en el campo de juego.
Si cualquier presidente o candidato a presidente quiere lo mejor para su club, sin dudas quiere lo mejor para sus simpatizantes, sus socios, sus jugadores y su cuerpo técnico.
A este presidente, el señor Ameal, no le importo ninguno de ellos. A el, solo le importo su gloria personal de ganar las elecciones.
Como resultado, las dos listas invocaron el apoyo de su gente de influencia.
Ameal uso su cargo en AFA y sus amistades en el gobierno nacional para adelantar San Lorenzo contra Tigre para el sábado.
Angelici, llamo a Macri, para que no lo autorice.
Recién el sábado al mediodía, el gobierno de la ciudad clausuro el estadio del Ciclón, forzando a la AFA a suspender el partido.
El estatuto de la FIFA dice que la política y el futbol no deben mezclarse y que si los gobiernos interfieren con las asociaciones nacionales, ese país sufriera sanciones de la máxima autoridad del futbol mundial.
Pareciera ser que nuestro país es una excepción grande del estatuto de FIFA.
No es la primera vez que los políticos se meten con el futbol.
Ya el señor Grondona fue interpelado por el congreso por sus manejos de la AFA y la justicia trato de impedir las últimas elecciones de la asociación del futbol argentino.
En ninguna de esas dos ocasiones, se oyó a la FIFA alzar su voz al respecto, y por el momento en este incidente tampoco.
Es decir que por el solo hecho de querer ganar una elección, podrían haber comprometido al futbol argentino de manera grave.
Esperemos que los socios de Boca se hayan dado cuenta que los han intentado usar con fines políticos y usen su voto para hacer oír su voz.
Nos acercamos al final del campeonato, al clímax, donde alguien se debe coronar campeón.
Ya se que partimos de la base que Boca ya le lleva 9 puntos a Tigre, su escolta, con 9 puntos aun por disputarse.
Es decir el equipo del riachuelo tiene asegurado el primer puesto y solo necesita uno más para ser campeón.
Se perfilaba como un buen fin de semana de futbol. En casi todo el mundo, cuando se llega a una situación similar, se reacomodan los mixtures para que los equipos con posibilidades jueguen al mismo tiempo y se despejen suspicacias.
También se le agrega emoción y un poco de drama sano a la definición de un torneo más que mediocre.
Hay que explicar también que estos partidos coincidían con las elecciones presidenciales en Boca Juniors.
Un club como Boca, que es el mas grande del país, atrae mucho a los políticos de turno, por la influencia que “la mitad mas uno” puede traer a los distintos intereses.
Tenemos al presidente actual de la institución el señor Ameal, que es apoyado por el gobierno nacional.
Por el otro lado, tenemos al candidato opositor, el señor Angelici, que cuenta con el apoyo del gobernador de la ciudad autónoma de Buenos Aires, Macri, quien a su vez es ex presidente de Boca con influencia allí aun.
Hasta ahí el análisis de dos cosas totalmente separadas. Futbol y política.
Pero de acá en más es donde las dos cosas comienzan a interactuar.
La fecha de las elecciones estaban ya decididas desde hace tiempo. El mixture del campeonato también.
Pero cuando ambas cosas fueron decididas, nadie sabia (¿creía?) que Boca iba llegar a esta instancia pudiendo coronarse campeón el día de las elecciones mismas.
Pero como se puede votar durante todo el día, si los dos partidos se juegan al mismo tiempo, el oficialismo, no tendría la ventaja de llegar a ese día ya campeones.
¿Quién le gana las elecciones a un presidente que saca campeón a su club después de tres anos?
Cambiar de fecha el partido de Boca, hubiese sido muy obvio, y hasta mal visto por sus propios simpatizantes.
Lo que había que lograr era que San Lorenzo y Tigre jueguen su partido un día antes y esperar que Tigre no gane, así llegar al día especial ya coronados.
Esto significa jugar una vez más con el público que sigue a los clubes, que paga por las entradas, que lo mira en televisión, que paga su cuota social en sus clubes.
Es robarles a todos ellos la emoción y la alegría de ganar un torneo (si es que lo consigue) en el campo de juego.
Si cualquier presidente o candidato a presidente quiere lo mejor para su club, sin dudas quiere lo mejor para sus simpatizantes, sus socios, sus jugadores y su cuerpo técnico.
A este presidente, el señor Ameal, no le importo ninguno de ellos. A el, solo le importo su gloria personal de ganar las elecciones.
Como resultado, las dos listas invocaron el apoyo de su gente de influencia.
Ameal uso su cargo en AFA y sus amistades en el gobierno nacional para adelantar San Lorenzo contra Tigre para el sábado.
Angelici, llamo a Macri, para que no lo autorice.
Recién el sábado al mediodía, el gobierno de la ciudad clausuro el estadio del Ciclón, forzando a la AFA a suspender el partido.
El estatuto de la FIFA dice que la política y el futbol no deben mezclarse y que si los gobiernos interfieren con las asociaciones nacionales, ese país sufriera sanciones de la máxima autoridad del futbol mundial.
Pareciera ser que nuestro país es una excepción grande del estatuto de FIFA.
No es la primera vez que los políticos se meten con el futbol.
Ya el señor Grondona fue interpelado por el congreso por sus manejos de la AFA y la justicia trato de impedir las últimas elecciones de la asociación del futbol argentino.
En ninguna de esas dos ocasiones, se oyó a la FIFA alzar su voz al respecto, y por el momento en este incidente tampoco.
Es decir que por el solo hecho de querer ganar una elección, podrían haber comprometido al futbol argentino de manera grave.
Esperemos que los socios de Boca se hayan dado cuenta que los han intentado usar con fines políticos y usen su voto para hacer oír su voz.